sábado, 6 de septiembre de 2014

LA CIUDAD VALLISOLETANA CONTRA EL ALCALDE

Ayer mujeres y hombres de la ciudad de Valladolid aunaron esfuerzos para gritar fuerte que no quieren un alcalde que pierda la fuerza por la boca, que ponga voz a unos pensamientos que avergüenzan a aquellas y aquellos que vivimos  en dicha ciudad, resumiendo, que no queremos un alcalde machista y retrógrado.

Muchas y muchos fueron los que ayer acudieron a la convocatoria que la recién constituida asamblea de mujeres de Valladolid había convocado para pedir durante el pregón de las fiestas la dimisión de León de la Riva. Y a pesar de los intentos por acallar las voces y gritos  a través de una amenización que cada vez subía más el volumen, no consiguieron evitar que el grito de ¡alcalde dimisión! resonara por toda la plaza mayor. Varias fueron las pancartas que se pudieron ver "alcalde machista, fuera de mi vista", "alcalde dimisión", pegatinas con el mismo mensaje e incluso un sujetador gigante, simbología de la verborrea de nuestro "querido" alcalde.

Al llegar el momento del pregón, las personas que en la plaza mayor se encontraban habían multiplicado su número, y por tanto los gritos en contra del alcalde también se multiplicaron. Tras el pregón de la mano del grupo "La carraca", el alcalde con gran rapidez se volvió a ocultar dentro del consistorio, sin decir ni una sola palabra, tras lo cual toda la muchedumbre se unió al grito de "cobarde".

No se sabe si tras esta muestra de desprecio por parte de la ciudadanía, al señor de la Riva le habremos quitado minutos de sueño, pero al menos de lo que si podemos tener seguridad es de que puede darse por bien enterado de que la mayoría de personas que viven en Valladolid no le quieren como cargo de representación de dicha ciudad, no queremos que nuestra ciudad sea conocida de forma internacional por tener que sufrir a un alcalde cuyos pensamientos suponen un gran paso atrás, que suponen actos de desprecio hacia las mujeres. Queremos que en todo caso se nos conozca por nuestro buen hacer, queremos una persona en tal puesto que mire por la ciudad y por todas y cada una de las personas que viven en ella sin distinción alguna, que tenga una ideología y un pensamiento de igualdad. Y desde luego que actualmente no disponemos de una persona que se adapte a esos requisitos. 

Podemos por tanto definir este acto sólo como el comienzo de una lucha cuyo fin sea la dimisión de un alcalde machista.

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